jueves, 9 de junio de 2011

SEGUNDA ACTIVIDAD GRUPAL



POAT: Puesta en práctica de las técnicas

Llegó la hora de ponernos en marcha… ¿cómo? Mediante la realización de una evaluación de competencias, ayudándonos de técnicas que valorasen las habilidades académicas, laborales, sociales y personales de nuestros alumnos, como son la observación conductual (tanto del comportamiento real como del análogo), la entrevista (basada en el modelo clínico o Counseling), y las pruebas sociométricas (como cuestionarios, test, etc.).

Gracias a la observación llevada a cabo a lo largo de todo el proyecto, la “Alumna A” acude al departamento en busca de asesoramiento. Al comprobar los resultados particulares en esta técnica, procedemos a hacerle una entrevista. Tras analizar esta, vemos conveniente pasarle un test vocacional que muestre su decantación profesional.

Tras la puesta en práctica de las diferentes técnicas, debemos analizar los resultados para poder así planificar la intervención. Las conclusiones son, finalmente, favorables hacia el camino de las Ciencias Sociales, gracias al buen trabajo realizado en equipo.

Si deseas conocer el caso de la “Alumna A”, visita nuestra página Web:

http://orientanet.jimdo.com/

Práctica de reflexión

El simple hecho de estar descontento con una asignatura en 4º de la ESO puede resultar crucial a la hora de decantarse por un bachillerato concreto y, de esta manera, sin apenas darse cuenta, por una rama laboral específica.

Debemos tener cuidado con las decisiones académicas que tomamos, ya que, a la larga, pueden suponernos una desilusión. Es por ello imprescindible estar bien informado sobre el abanico de opciones que se nos ofrece y, en el caso de dudar en nuestras expectativas, resulta muy conveniente acudir a un profesional que pueda asesorarnos al respecto.

He aquí también una nota a destacar: el prejucio y la presión del entorno, especialmente el familiar, así como la influencia entre iguales, puede dañar las posibles perspectivas de un individuo de cara a un futuro vocacional. Es realmente substancial respetar tanto las expectativas como los diferentes puntos de vista de los demás.

Que la asertividad forme parte de nuestras vidas es una ventaja con la que deberíamos contar, especialmente, en el caso de los psicopedagogos. No debemos dejar que nuestras limitaciones cerquen a los sujetos de nuestra práctica educativa.

Las técnicas sociométricas


Comparto un enlace interesante sobre la técnica del sociograma:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/SOCIOGRAMA.pdf


Práctica de reflexión

La representación gráfica que nos aporta el sociograma aporta claridad a nuestro trabajo como psicopedagogos, mostrándonos, cual fotografía, el grado de cohesión entre los elementos de un grupo en una sola imagen. Esta herramienta interpretativa permite el desarrollo de hipótesis muy útiles para la elaboración de una evaluación, además de favorecer al análisis de la realidad de una situación o problema en concreto, por lo que debemos tenerla muy en cuenta de cara a nuestras prácticas orientativas, sobre todo en el amplio ámbito educativo.

Para llevar a cabo un sociograma, es importante crear un caldo de cultivo propicio para que pueda darse un clima de confianza que favorezca la seriedad y la sinceridad y, por tanto, que el proceso pueda transcurrir con éxito.

Una de las mayores ventajas que se deben destacar del sociograma es que es una técnica que nos proporciona una gran cantidad de información en muy poco tiempo, aunque estos datos solo sean, en la mayoría de las ocasiones, indicios circunstanciales. He aquí un dilema para el orientador que aplica el sociograma: ¿qué supone que es de mayor importancia, la precisión o la profundización de sus resultados? En mi opinión, ambas constan de gran relevancia, es por esto que creo que esta técnica, usada de forma aislada, es incompleta. Por ello, pienso que se deberían valorar otras herramientas que pudieran adherirse a ella, así como otras técnicas que completen la información a analizar, como es el caso, por ejemplo, de la observación y de la entrevista.

La observación


Se muestra, a través del siguiente enlace, la información básica sobre la técnica de la observación:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/Observacion.pdf


Práctica de reflexión

Si hablamos de una técnica primordial a la hora de llevar a cabo cualquier tipo de investigación, esa es la observación. Esta es, además de una base primordial para la evaluación completa de una intervención psicopedagógica, complementaria al resto de técnicas disponibles en el ámbito socioeducativo. Es por esto trascendental destacar su importancia.

Como herramientas a manejar a la hora de llevar a cabo una observación, veo conveniente destacar tanto el diario de campo como los registros, ambos mucho más eficaces si pueden complementarse, como pude comprobar en mis prácticas como educadora social y en los ejercicios llevados a cabo para la carrera de psicopedagogía.

Al mismo tiempo, recalcar que el muy mencionado role-playing resulta de gran utilidad para realizar observaciones en situaciones simuladas, ya que sus participantes representan papeles específicos que nos ayudarán, por ejemplo, a llevar a cabo evaluaciones de competencias, así como con las situaciones de grupo. Estas dinámicas no sólo ayudan a la hora de hacer evaluaciones, sino a desarrollar dichas competencias, lo cual resulta bastante favorable para los objetivos marcados por los orientadores y, de igual forma, para los destinatarios de los mismos.

La entrevista


Cuando hablamos de la entrevista debemos aclarar que es una herramienta que forma parte del modelo clínico, también conocido como Counseling, en el que la intervención o atención es individualizada (generalmente, “de tú a tú”), con el objetivo de satisfacer necesidades individuales de carácter personal, educativo y socioprofesional.

Este modelo cuenta con una intervención especializada y eminentemente terapéutica, pero también preventiva y de desarrollo, en la que el orientador asume la mayor responsabilidad del proceso de ayuda, debiendo ser esta complementada a la acción grupal.

A destacar, las fases del Couseling son:

a) Solicitud de ayuda de la persona.

b) Exploración/Autoexploración, para favorecer que la persona se explore.

c) Diagnóstico (¿qué necesita el cliente?).

d) Tratamiento en función del diagnóstico: establecer un plan de acción (consensuado con la persona).

e) Seguimiento (cómo se está desenvolviendo, etc.).

f) Evaluación del efecto de la acción.

No obstante, este modelo consta de muy diversos referentes teóricos: conductismo, psicoanálisis, psicología humanista, análisis transacional, logoterapia, cognitivismo… Quizá por eso resulte tan práctico.

En cuanto a su procedimiento, la entrevista abarca tanto lo cognitivo como lo emocional, con el objetivo de ayudar a la persona a entender y afrontar sus problemas, creando un clima facilitador y creador de alternativas.

A continuación, un enlace con información de gran interés acerca de la entrevista:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/La_entrevista_pdf.pdf

Para nuestra reflexión, se expone un vídeo sobre las múltiples ventajas que acompañan a la entrevista asertiva frente a una entrevista agresiva:

http://www.youtube.com/watch?v=dA1ogXCwHmI

Como podemos comprobar, la asertividad no sólo es clave para el mundo de la psicopedagogía, sino que resulta imprescindible a la hora de hacer una entrevista, ya que sostiene uno de los pilares del Counseling. Veamos a continuación, una clarificación de lo que ya suena evidente:

http://www.youtube.com/watch?v=gcu5RtPivHA

Práctica de reflexión

La recogida de información es uno de los puntos álgidos de la entrevista: considerando que sin información, no hay opinión, es parte de la base de la intervención psicopedagógica. Es por este motivo que los profesionales que utilizan esta técnica deben utilizar muy bien las herramientas de las que disponen para que esta sea eficaz.

Es cierto que una de las mayores contraindicaciones de la entrevista es que puede dar lugar, en mi opinión, a muchos errores que, de cierta manera, pueden ser intrínsecos. Es por esto que, para llevar a cabo una entrevista eficaz, es preciso comprender que aquello que percibimos no tiene por qué ser lo mismo que lo que entiende otra persona ante una misma situación, ya que todos vemos y sentimos las cosas de forma diferente. Tendemos a pensar que lo que piensa el otro está mal, y que lo que pensamos nosotros es lo que está bien (he ahí muchas veces nuestro sesgo etnocentrista). Pero debemos ser conscientes de que esto no tiene por qué ser así, aunque intentemos llevar al otro hacia nuestra realidad. Es muy importante evitar esto en las relaciones de ayuda, ya que tendemos a hacerlo.

Muchas veces, al atender a alguien que acude a nosotros, nos centramos en una cuestión (el problema) pero no vemos más allá. Para que la entrevista sea más efectiva, debemos abrir nuestra mente y explorar. Para ello, es muy bueno trabajar en equipo, ya que nos aporta diferentes puntos de vista respecto a un mismo problema, abriendo nuestras perspectivas y, muchas veces, nuestras expectativas al respecto.

Un ejemplo claro de esto son estos dos experimentos y las ilusiones ópticas:

http://www.youtube.com/watch?v=asxUtX8Hyd4

http://www.youtube.com/watch?v=vJG698U2Mvo&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=4u64HDXoKVM&feature=fvwrel

Es por esto que debemos aceptar la diferencia, los diversos puntos de vista, y no juzgar, no sacar conclusiones precipitadas, ceñirnos a la información que tenemos sobre el caso a tratar sin compararlo con otros. No debemos decirle a la persona lo que está bien y lo que está mal, sino ayudarle a cambiar eso en lo que no le va bien.

[Recomiendo visualizar “Don´t judge too quickly”:

http://www.youtube.com/watch?v=asLx-fwQyUU]

Es importante ser sinceros, y también honestos con nosotros mismos, para no crear falsas expectativas. La autenticidad y la transparecia no son menos primordiales para no engañar a los entrevistados (debemos ser conscientes de nuestras propias limitaciones, no intentar hacernos pasar por superhéroes).

Algo fundamental en la relación de ayuda es la empatía, ya que es necesaria para ponernos en el lugar del otro (que no justificarlo) y entender su situación. Para ello, la “escucha espejo” es una herramienta eficaz, ya que la persona a la que atendemos percibe que la estamos escuchando; esto lo conseguiremos mediante el asentimiento, la reformulación, el rapport, etc., además de no interrumpir ni completar su discurso, prestar atención a lo que dice, a lo que no dice y al trasfondo emocional, transmitir que estamos comprendiendo la situación, y respetar los silencios y dejar espacio, para que el cliente se pueda expresar con mayor libertad.

Y para terminar, dos vídeos más que aportar:

http://www.youtube.com/watch?v=YDRId6QmNTA

http://www.youtube.com/watch?v=e9_dmNbvEFA

Vídeo-ponencia II: EOEPs

Se exponen a continuación los enlaces de dos ponencias que invitan a la reflexión: la primera, protagonizada por Dña. Mercedes Babío, directora y orientadora de un EOEP de sector:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/2_Ponencia_EOEP_Mercedes_9-3-11_295mb_.avi

La segunda, de la mano de Dña. María García Dávila, orientadora de un Centro Concertado:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/1_Ponencia_CC_orientacion_Maria_7-3-11_234mb_.avi

Práctica de reflexión

En relación con las ponencias de la coordinadora territorial de EOEPs y la orientadora de los centros concertados:

1. Explicar de forma breve las diferencias y vínculos existentes entre el desarrollo de las funciones de Orientación en la enseñanza pública y en la concertada y la privada: obligatoriedad, profesionales que la desarrollan, financiación, conexiones entre equipos, etc.

La organización semanal de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) ofrece servicio tanto a las familias (informando sobre cambios de colegio, los planes libres que hay, etc.) como a los centros educativos, centrándose, especialmente, en Educación Infantil (sobre todo audición y lenguaje y pedagogía terapéutica) y Primaria. Formados por profesionales de la especialidad de Psicología, Pedagogía y Psicopedagogía (aunque también, en muchos casos, maestros de audición y lenguaje, profesores, etc.), cabe destacar que los puestos de estos equipos están cubiertos en los colegios públicos, pero no en los concertados, aunque estos reciben una atención mensual para llevar a cabo la evaluación psicopedagógica y el dictamen de escolarización. A diferencia de los colegios concertados, en los públicos se atiende según las necesidades de cada centro (de ahí que en ellos se lleve a cabo un número de visitas más elevado de los agentes externos).

Recalco aquí la preocupación de la ponente sobre el trabajo del psicopedagogo en orientación temprana, ya que no hay suficientes profesionales que desempeñen esta labor y los que la llevan a cabo no tienen tiempo para atender todos los casos, por lo que algunos no se llegan a resolver (en palabras de la experta “quince días es muy poco, y se tarda mucho en hacer un diagnóstico”). Esto advierte, a mi parecer, un asunto grave a tratar, ya que dichos casos no resueltos deberían gozar de las mismas prestaciones que el resto.

Es importante reflejar la diferencia de los servicios que se ofrecen para la Educación Infantil y Primaria, y los que se prestan en Secundaria: en esta última, existe un departamento de orientación en cada centro, por lo que el asesoramiento es diario. Es este equipo de profesionales el encargado de diseñar el Proyecto de Orientación y Acción Tutorial (POAT), además de sus funciones básicas: informar, asesorar y orientar académica y laboralmente, las cuales están recogidas a nivel normativo en los departamentos y equipos.

Ago muy significativo de la intervención resulta, por un lado, la información, la observación y los tutores que se ofrecen; por otro, las entrevistas con las familias, que tratan temas tan variados como sean sus demandas (autonomía, hábitos, escuela, alimentación…); y, por último, pero no por ello menos importante, la organización y el diagnóstico, donde se valen de varios test para recoger información.

Sin duda, se utilizan programas adaptados a las necesidades de los alumnos, como los enfocados para las necesidades educativas especiales (NEE). Estas pueden ser por discapacidad física, psíquica y/o sensorial (en el centro específico del que se habla, discapacidad psíquica leve), por trastornos de la conducta como la hiperactividad (considerados NEE dependiendo del grado y de las necesidades educativas), por dificultades de aprendizaje como déficit de la atención (al igual que en el caso anterior, puede o no tratarse de NEE), y por altas capacidades, aunque en este último caso no se necesita un informe de escolarización, sino una ampliación del currículo y de las actividades. Los programas (de puntos, de economía de fichas, etc.) con el tutor, pero también con las familias, a través de un informe de necesidades elaborado y valorado por los psicopedagogos, para que sean conscientes de las dificultades del alumno y de cómo solventar los problemas (además se les informa sobre cómo funcionan los equipos, las notas de evaluación, etc.). Veo conveniente clarificar que el dictamen de escolarización es una síntesis del informe elaborada por el servicio del EOEP como modalidad ordinaria para valorar las necesidades y así poder intervenir con eficacia.

La atención a la diversidad, además de abarcar las NEE, ayuda a favorecer los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) como medida, ofreciendo a los alumnos que no hayan conseguido el Graduado de la ESO, facilitándoles una alternativa de formación que abra las puertas de su futuro laboral.

2. Criticar de forma constructiva (dar opiniones a favor y en contra), los argumentos de la coordinadora de los EOEPs a favor de no integrar dichos equipos en los centros y mantenerlos como entidades independientes y territoriales.

Promover un proyecto insuficientemente definido resulta, en mi humilde opinión, un tanto caótico: resulta poco conmovedor para sus destinatarios y desmotivador para sus ejecutores. Es por este motivo que estoy de acuerdo con la opinión de la coordinadora, ¿cómo vamos a integrar a los equipos en los centros sin un proyecto bien determinado? Además, la idea de dividir el equipo para trabajar en constante desplazamiento no creo que facilitase sus actividades de cara a la orientación.

Lo ideal sería, a mi parecer, que los equipos pudieran responder ante la imperante demanda orientativa, adaptándose a las necesidades de cada alumno. Es cierto que esto requiere una lucha abrumadora para llegar a obtener unos recursos, tanto materiales como personales, que satisfagan las propuestas de los equipos, así como para delimitar las competencias de los diferentes profesionales. Pero, si no son los mismos orientadores los que emprendan esa batalla… ¿quién lo hará por ellos?

Parafraseando a Carmen Jaulín, experta en intervención social, “la responsabilidad individual y social es un contenido esencialmente estratégico en la acción tutorial para reducir el fracaso escolar y orientar en la Transición a la Vida Activa (TVA)”. De acuerdo con lo expuesto por la especialista, debemos solidarizarnos y comprometernos con la alquimia de “la regla de las 3R”: Resiliencia, Riesgo y Responsabilidad (relacionados estos conceptos, como dato para los curiosos, con la trilogía de los colores de Krzysztof Kieslowski: “Azul”, “Blanco” y “Rojo”).


Vídeo-ponencia I: Funciones del tutor

A continuación, D. Víctor Gigón López, tutor de Secundaria, nos explica sus funciones y el PAT que se lleva a cabo en el centro educativo en el que trabaja, además de mostrarnos dos casos prácticos basados en situaciones reales:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/4_Tutor_secundaria_16-3-11_289mb_.avi

Práctica de reflexión:

1. Hacer una descripción y valoración del planteamiento de la acción tutorial (PAT), acción con las familias y papel en las evaluaciones.

El experto nos explica que el PAT se elabora a principio de curso por los tutores y/o por el orientador, planificando el cuadro de trabajo según el día, objetivo, actividad y competencia básica. No se trata de un programa rígido, ya que muchas veces debe modificarse a causa de algún que otro imprevisto. Es por esto que su evaluación se hace de forma trimestral y, después, final; en ella, se aportan las observaciones anotadas en cada tutoría, para tenerlas en cuenta.

Respecto a las familias, este centro aporta dos tipos de tutoría: una con los padres de un alumno en concreto, los cuales deben pedir cita para que se realice, donde no sólo se tratan los aspectos académicos, sino también los personales y los familiares (la duración y la presencia del alumno dependen de la decisión del orientador, siendo las tutorías dependientes, a su vez, de las características individuales del alumno y sus necesidades); por otro lado, las tutorías generales para padres se realizan a principio de curso, hacia la mitad del mismo y al finalizar este, en las que el orientador da una charla común. Los profesores proporcionan los informes de sus asignaturas, donde aparecen alumnos en positivo o en negativo según los aprobados y los suspensos que hayan obtenido (los alumnos en negativo requieren más tiempo tutorial); en el caso de que a algún alumno se le haya dado mal en el primer y segundo trimestre, se debe intervenir hablando con él y con los padres, buscando los porqués del problema y tratar de solucionarlos. Hay casos “especiales” en los que el problema llega al Consejo Escolar (si hay expulsión por falta grave, etc.).

Se realiza, además, una evaluación del funcionamiento del centro, a la que llaman “tutoría interna”, donde reexponen los problemas que conciernen al centro, se buscan soluciones y, si es preciso, se hacen las modificaciones pertinentes tanto en la planificación como en la acción.

Personalmente, no me parece que el desarrollo del PAT esté mal, pero sí hay en algunas cuestiones en las que no estoy del todo de acuerdo, como en etiquetar a los alumnos como “positivos” o “negativos”, ya que pueden asumir esos roles. Está bien individualizar los problemas, pero creo que el plan se centra estrictamente en solventar estos, en vez de tratar de prevenirlos. Es cierto que tampoco se habló sobre alumnos con necesidades educativas especiales, ni sobre la atención a la diversidad. Tampoco se trabaja demasiado el fortalecimiento personal, ya que ante cualquier problemática se acude al orientador para que este la resuelva, y este no deriva ningún caso a otro profesional ni informa a los destinatarios de sus servicios sobre la existencia de otras posibilidades u otras personas a las que acudir; quizá este intento de abarcar tan amplia resolución de problemas sea lo que crea la dependencia de los sujetos que acuden a este profesional, desfavoreciendo su proceso de toma de decisiones, y así su autonomía. Cabe destacar, en relación a esto último, que los alumnos no participan para nada en las evaluaciones, posibilidad que podría ser estudiada.

2. Enfoque en los casos expuestos.

Respecto al caso de la alumna de 17 años, me pareció que se daba más importancia al hecho de que el equipo estuviera informado del problema que el problema en sí. En mi opinión, como profesionales debemos proporcionar la confidencialidad que exige la madre, creando confianza, puesto que si rompemos ese compromiso puede quebrarse también nuestra intervención educativa.

Es cierto que los componentes de equipo deberían ser informados al respecto, para tenerlo en cuenta de cara a sus aspectos académicos, personales y sociales, pero sólo con el consentimiento de la madre.

Sólo en el caso de que fuera muy preciso, podría considerarse la opción de avisar a la madre de la niña de que se va a aportar dicha información al resto del equipo, siempre exponiéndole los motivos por los que creemos que la actuación que vamos a emprender es totalmente necesaria. Sí sería conveniente hacer partícipe a la madre de las ventajas que conlleva el hecho de que el resto de profesionales esté al tanto del problema, aconsejándole que de este modo nos valdremos de más ayuda para solventarlo, advirtiendo también los posibles efectos (tanto positivos como negativos) de su decisión para que pueda adquirir un sentido crítico al respecto.

3. Grado de coherencia entre su planteamiento o acción como tutor y su discurso en el vídeo “Dolor de la lucidez”.

Si se habla tanto, no se respeta el espacio con el sujeto, no se pueden interpretar los silencios (los informes nos dicen que aproximadamente un 70% de la información que recibimos es a través del lenguaje no verbal).

La orientación puede no centrarse así en el sujeto, ya que este no tiene tiempo para reflexionar y expresarse (si no mantenemos una escucha activa o “espejo”, la orientación no servirá de nada).

Por otro lado, cabe destacar que el orientador sólo comenta los informes de los profesores, pero no es partícipe de los mismos, lo que puede dar lugar a sus interpretaciones propias. En relación con esto, ¿no debería el orientador formar parte de la creación de dichos informes?

PRIMERA ACTIVIDAD GRUPAL



POAT: Orientación Académico-Profesional

“¿Y después de la ESO, qué?”, así comienza nuestro trabajo como orientadores en un centro en el que los alumnos de 4º de la ESO aún no tienen muy claro qué hacer respecto a su futuro académico-profesional.

Después de un análisis de la realidad exhaustivo, diseñamos un Proyecto de Orientación y Acción Tutorial para atender a las necesidades de los alumnos y tratar de solventar los problemas que no hacerlo traen consigo: la desmotivación y la incertidumbre hacen de estos adolescentes presas fáciles para el absentismo, el abandono y el fracaso escolar.

Os presento, a continuación, nuestra página Web: http://orientanet.jimdo.com/

No dude en exponer sus dudas acerca de lo que acontece a nuestra propuesta. Cada uno de los orientadores del departamento estará encantado de solucionárselas.

Práctica de reflexión

¿Acaso no hemos dudado todos los estudiantes alguna vez sobre las optativas que debíamos escoger, o sobre los trabajos que queríamos hacer? Todos necesitamos a alguien que nos asesore en algún momento determinado de nuestra vida, ya sea de cara al ámbito académico-profesional como al social o al personal.

La adolescencia es una etapa conflictiva en la que los cambios físicos y psíquicos, además de la influencia de los factores sociales que les rodean, crean confusión, necesidad de adaptación social y un proceso de búsqueda que puede llevarlos a tomar las decisiones equivocadas. Es por ello de suma importancia poder clarificar sus expectativas y guiar el camino que, poco a poco, ellos mismos deben ir creando.

Por eso podríamos decir que nuestro POAT es tan práctico como necesario, ya que no sólo pretende fomentar el rendimiento y la vocación en los alumnos, sino beneficiar tanto a los profesores como a las familias, colaborando y coordinándonos para ayudar en la labor educativa.

¿Por una vuelta al sentido común?

He aquí un blog en el que se expone el manifiesto del catedrático Ricardo Moreno Castillo (haciendo referencia a su Panfleto Antipedagógico), profesor asociado en la Facultad de Matemáticas de la UCM, el cual defiende una educación lejos de los criterios de la pedagogía, basándose en “un ambiente de silencio, rigor y disciplina” (como él mismo comenta en una entrevista llevada a cabo por Marcos Taracido para librodenotas.com), lo cual cree suficiente para favorecer el trabajo de los “buenos estudiantes”:

http://porunavueltaalsentidocomun.blogspot.com/

Práctica de reflexión

Sugerente visión sobre el panorama educativo la de este catedrático de expectación. La preocupante acogida de su Panfleto Antipedagógico incita un cambio que irrumpe años atrás, mas no comparto, personalmente, las acciones por las que, defiende, este movimiento debe emerger:

Comenzaré por aseverar mi creencia en una educación en, desde y para el respeto a toda diversidad. En consecuencia, y partiendo de la igualdad humana (que no equidad), creo que debemos entender nuestras diferencias y aprender a respetarlas. Con esto quiero decir que, en mi humilde opinión, el respeto hacia la persona es básico, pero no que todos sus actos sean respetables. Basándome en las teorías que defiende R. Marí Ytarte, considero que debemos valorar lo que hacen las personas, en vez de centrarnos en lo que son, preocupándonos de lo que les pasa y no de quiénes son, porque no debemos hacer nada con la diversidad del otro, puesto que, ante él, nosotros somos su diversidad”. No debemos caer en el juicio moral sobre los demás.

Estamos acostumbrados a etiquetar a las personas según lo que son, de dónde vienen y a dónde van: caemos en los tópicos. Esto pasa también en el ámbito escolar, reduciendo a los estudiantes de mejores notas a sus tópicos simpáticos (niños responsables, trabajadores, inteligentes,…”buenos”) y demonizando a quienes sacan notas más bajas (niños vagos, irresponsables, pasotas,…”malos”). Y si bien es cierto, tendemos a caer en este rol, dotando a los alumnos de lugares que no les pertenecen y de los que no les es fácil escapar, asimilando su papel a interpretar. No podemos trabajar radicalizando las etiquetas, debemos valorar o juzgar las acciones individuales, no a las personas.

Por otro lado, debemos “hacer visible lo invisible”. Tenemos que preguntarnos por lo que pasa, como el por qué de que un niño no aprenda o que un alumno aprenda más o más deprisa que otro. Para ello, ya quedó explicada la metáfora del ordenador, en la que las estrategias caracterizan el software; pues bien, no todos poseemos la misma capacidad ni procesamos la información con los mismos programas ni de la misma manera. Pero ¿por qué ocurre todo esto?

A lo largo de la historia de la instrucción, se ha optado por desarrollar un aprendizaje común de cara los alumnos, entendiendo a estos como un sujeto de la educación único. Sin embargo, como sujetos individuales, ¿quién se ha parado a pensar en sus diferencias personales, así como las de todos los agentes que influyen en su particular aprendizaje?

No todos aprendemos del mismo modo, ni en el mismo espacio de tiempo, ni en las mismas circunstancias; esto se debe a la infinidad de características que envuelven a cada persona, a sus facultades, brillanteces, capacidades y sandeces, variando todas ellas, a su vez, a causa de la importante influencia de los factores que intervienen en su educación, así como los agentes que medien en la misma. La motivación, los conocimientos previos, la personalidad…según cada individuo, todo es diferente; entonces, ¿por qué nos conformamos con una educación que no atiende a esta diversidad de necesidades?

Gracias a expertos como J. Beltrán, ante esta imperante demanda, se han elaborado una serie de estrategias que son de gran utilidad para que los alumnos “aprendan a aprender”, que se dice, según sus propias necesidades particulares, posibilitando una mejora en sus capacidades individuales a la hora de abrir sus puertas al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como es lógico, la intencionalidad resulta un principio básico a la hora de trabajar la educación en el sentido más amplio de esta, siendo imprescindible tener en cuenta las propuestas estratégicas que intentan formar tanto a los gestores de la educación como a sus destinatarios en un bucle de aprendizaje permanente.

Es por este motivo que resulta necesario aclarar en qué consisten estas estrategias y cómo se adecuan a las actividades educativas que ofrecen maestros y profesores y realizan los alumnos de los mismos. Para ello, recomiendo la lectura de “Procesos, Estrategias y técnicas de aprendizaje”, de Jesús Beltrán Llera.

Debemos reforzar, por lo tanto, la necesidad de enseñar estrategias, no únicamente conocimientos. Y es por esto que surgen nuevos enfoques educativos en cuanto a lo que al aprendizaje y a la inteligencia se refiere.

Acerca del aprendizaje, como bien defiende Beltrán, debemos pasar del antiguo esquema de IàO (InputàOutput, o estímulo-respuesta), al IàSàO (Input-Strategies-Output,o estímulo-proceso cognitivo-respuesta). Asimismo, en lo que acontece a la inteligencia, debemos cambiar la concepción entitativa por otra de crecimiento, esto gracias a las estrategias.

Volviendo a lo que estima conveniente Ricardo Moreno, en cuanto a una nueva ley de educación que contemple los puntos que en el blog se observan, veo oportuno dar mi opinión personal al respecto:

No contemplo que el hecho de prolongar el bachillerato en el tiempo dé pie a que este sea más serio y exigente, del mismo modo que no considero que debamos hablar, por lo explicado con anterioridad, de “buenos” y “malos” estudiantes. Creo que, la mayoría de las veces, los etiquetados como “malos estudiantes” cargan a sus espaldas muchos factores (intrínsecos e/o extrínsecos) a tener en cuenta, ya que dificultan sus procesos de aprendizaje, ¿o es que tiene menos derecho a ir al colegio un niño al que no se le den bien las matemáticas, por mucho empeño que ponga en que no sea así?, ¿acaso una niña sin recursos en casa, como para comprarse una calculadora o recibir apoyo paterno, es menos merecedora de recibir educación? Y, por demás, ¿es que un niño con TDAH debe tener menos posibilidades de emprender un bachillerato?

He de plantear, además, la siguiente cuestión: ¿qué pasaría entonces con un estudiante “bueno” en la mitad de las asignaturas que cursa, pero “malo” en las restantes?, ¿tendría más derecho a cursar medio bachillerato, pero menos el otro medio? En gran parte de los casos -y esto lo sé de primera mano-, los estudiantes tienden a trabajar más o menos según las asignaturas, los profesores, las metodologías, las evaluaciones, etc., un conjunto de variables que afectan notablemente a su trabajo y aprendizaje (sí, en efecto, una de esas variables es la motivación); además, no olvidemos que los estudiantes son personas, y que las personas no somos estrictamente constantes en cuanto a nuestro rendimiento en ninguno de los ámbitos de nuestra vida (sufrimos crisis evolutivas, cometemos errores, nos afectan asuntos personales, etc.), por lo que el progreso académico no siempre refleja el esfuerzo, sino los resultados de un proceso estandarizado que se lleva imponiendo en las aulas desde hace, para muchos, demasiado tiempo. Por cierto, un “buen estudiante” que tiene un “mal año”, ¿pasa a ser de los “malos”?, si es así… ¿merece menos seguir cursando bachillerato?

Otro pequeño detalle que se puede advertir sobre el tema que acontece es si deben los padres asumir que sus hijos son “malos estudiantes” y que, por tanto, privan a los demás de aprender, debiendo menguar de esta manera su derecho de asistir a las clases. En el caso de que así fuera, ¿privarían a sus propios hijos de sus ilusiones y expectativas académico-profesionales? Y, por último, pero no menos importante, ¿quién y cómo daría la mala noticia a los padres?, ¿también los docentes?, si esto es así… ¿serían capaces los propios docentes de restringir conscientemente del aprendizaje de sus alumnos?, ¿acaso no se dedican los profesores a enseñar para que los demás aprendan?

Respecto a la vuelta de la disciplina en las aulas… ¿se refiere a castigar? En el caso de que así fuere, ¿qué tipo de castigos utilizaría?, ¿no es un poco violento imponer el aprendizaje pudiendo fomentarlo a través de técnicas especializadas que doten a los alumnos de las herramientas necesarias para llevarlo a cabo por sí mismos? No sólo debemos “aprender a aprender”, sino “aprender a enseñar”, para poder “enseñar a aprender” y así “enseñar a enseñar”.

Personalmente, creo que más daño ha hecho la puesta en práctica de métodos más basados en la experimentación animal, como es el caso del condicionamiento empleado en las instituciones totales (recomiendo visualizar el documental “Tranquility Bay”), que la pedagogía. Si bien es cierto que muchos de los profesionales que ejercen esta profesión han causado la desestimación social gracias a su poca implicación, su mal uso de los criterios, o su incumplimiento de objetivos, funciones y competencias propios, también advertimos una serie de pedagogos que promueven un trabajo en red eficaz, que facilita al resto de profesionales asesoramiento de cara a la práctica educativa, solventando muchas necesidades tanto de carácter interno (como las de los profesores, tutores o alumnos) como externo (como ejemplo a destacar, las de las familias de los alumnos).

Desde una amplia perspectiva, el trabajo en red mejora notablemente las relaciones educativas, así como promueve la participación y colaboración de los diferentes equipos a la hora de atender a las demandas educativas, facilitando la resolución de problemas que, en la práctica, sobrecargan muchas veces a los docentes.

Por tanto, estoy totalmente de acuerdo con que el cambio educativo debe darse, pero no hacia ese sentido, sino hacia uno mucho más amplio, en el que se responda a las necesidades individuales y colectivas del alumnado, partiendo de este, con y para este, apostando, al mismo tiempo, por una educación para la ciudadanía, la igualdad y la universalidad, que abogue por principios tales como la igualdad, la diversidad y la reciprocidad (notable influencia aquí reflejada por “Ética por un mundo global”, de Amelia Valcárcel).


"El sentido común es el menos común de todos los sentidos"

José García Molina


CHANGING PARADIGMS


A continuación se presenta un vídeo que nos ofrece un nuevo concepto sobre educación, un cambio de paradigmas hacia, para y desde la escuela:

https://cv2.sim.ucm.es/moodle/file.php/8618/Ken_Robinson_Changing_Paradigms_Spanish.mp4


Práctica de reflexión

Interesante meditación la de este autor que invita a la reflexión y crea un caldo de cultivo propicio para la puesta en marcha de ideas que traten de solventar la problemática que nos acontece: bajo rendimiento, absentismo, fracaso, TDAH,… Nos encontramos en una situación extremadamente decadente en el ámbito escolar. Si bien es cierto que “somos más hijos de nuestro tiempo que de nuestros padres”, ¿no debería la enseñanza semejarse más a los tiempos que corren que a los que transcurrieron cuando estudiaban dos generaciones atrás? ¿Cómo pretendemos ir hacia delante mirando hacia detrás? Y esto es lo que pasa en educación, que caminamos de espaldas (quizá se deba a esto que tropecemos, valga la redundancia, con tantos tropiezos. Al fin y al cabo y, sarcásticamente hablando, ¿no es el hombre el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra?).

Como se puede advertir, son muchas las incongruencias que existen actualmente en el sistema educativo. La educación no parte de las necesidades de los alumnos, pero sin embargo son estos los destinatarios obligados de la misma. ¿Es posible una educación que no favorezca al aprendizaje? Al parecer, sí, y es precisamente la que se está inculcando no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial.

La adaptación educativa requiere ser, primeramente, pensada, ya que sin ideas que generen un cambio, no puede darse tal cambio. Es por este motivo preciso que emerge la demanda por un aprendizaje que potencie las idoneidades de cada alumno, para facilitar el impulso de nuevas generaciones proactivas con una mayor autonomía. Este nuevo aprendizaje fomenta su autoestima y potencia la adquisición de herramientas que ayuden a su desenvolvimiento académico-profesional (un ejemplo importante es el desarrollo del sentido crítico, para poder llevar a cabo tomas de decisiones), y también personal, conquistando ciertas habilidades sociales que pudieran escaparse en la enseñanza lineal, estandarizada y, hasta ahora, más habitual.

La lucha por un aprendizaje significativo no ha hecho más que comenzar. Debemos ser conscientes de nuestras responsabilidades individuales y sociales de cara a la puesta en marcha de esta propuesta, ya que “la educación somos todos” y mediante la comprensión y la colaboración podemos alcanzar nuestros objetivos con éxito. Debemos cooperar y no frustrarnos si algo sale mal; ahora sí, lo importante es participar (el aprendizaje significativo requiere participación, de ahí la importancia de esta y de los factores que la influyen, como es la motivación).

La inversión educativa no sólo requiere financiación: hacen falta ganas, valor, imaginación, esfuerzo, planificación, acción y opinión. Valgámonos de paciencia y optimismo y echémosle una mano a nuestra propia educación.

miércoles, 8 de junio de 2011

¿No se hacía camino al andar?

Comencemos preguntándonos, ¿acaso estamos los estudiantes conformes con la enseñanza que se nos ha venido dado hasta llegar a la universidad? Está claro que no, que siempre nos estamos quejando por los métodos tradicionales, los exámenes finales en los que te juegas todo el curso, los profesionales que no se reciclan y no se adaptan a las nuevas tecnologías, etc. Hartos de memorizar, retener conceptos para arrojarlos a un papel en blanco en un tiempo estimado, y después desocupar el espacio en el que habitaban esos contenidos para poder almacenar nuevos términos que derrochar en la siguiente prueba establecida. Somos los mismos afectados por el sistema educativo los que reivindicamos el cambio,… pero también los mismos que ejercen una actitud completamente pasiva al respecto. Si no somos nosotros los primeros en aceptar e impulsar dicho cambio, ¿quién lo hará? Es muy cómodo hacer una crítica sobre el sistema, pero no tanto pensar posibles soluciones o llevarlas a cabo.

Cabe destacar que en la universidad hay muchos profesores que ofrecen un espacio libre de expresión donde el intercambio de información y formación es posible, un lugar para explayar nuestra creatividad, enseñarnos los unos a los otros y aportar un sinfín de experiencias a los diferentes grupos y, sobre todo, un espacio abierto para aprender. Es curioso que, sin embargo, sea precisamente en estos espacios en los que muchas veces escasee la participación, y por los que se presente más recelo en el ámbito estudiantil. Pero esto… ¿por qué sucede?

Tenemos los métodos anteriores tan interiorizados que nos paralizamos ante lo novedoso, al mismo tiempo que esto nos genera inseguridad y, por tanto, miedo. Miedo al no saber hacer, al no saber expresar, al no saber crear; miedo a hablar en público, a exponer nuestras experiencias, nuestros conocimientos, nuestras capacidades; miedo al esfuerzo, miedo al fracaso, miedo al cambio…miedo a aprender. Pero entonces, ¿qué reivindicamos?, ¿no deberíamos ser partícipes de nuestro propio aprendizaje?... Debemos superar esos miedos, y la única forma posible de hacerlo es haciéndoles frente. ¿Cómo? Participando en esos nuevos espacios donde se brindan nuevas oportunidades educativas, en los que nuestra propia opinión tiene mucho más peso.

Es por este motivo que, para el desarrollo de esta asignatura, hemos emprendido uno de esos diversos caminos a favor del aprendizaje significativo, que invita a la reflexión y a la mejora de nuestras funciones mediante la obtención de herramientas que nos ayuden a llevar a cabo nuestras prácticas en un futuro profesional. Para ello, trabajaremos en equipo, partiendo de nuestra experiencia y conocimientos previos, y participaremos tanto de forma individual como grupal de cara al desarrollo de nuestras competencias como orientadores, así como de nuestras capacidades personales.

Versos para el cambio


Érase una vez…

un grupo de estudiantes desmotivados,

cansados de la enseñanza formal,

así como de los profesores anticuados.


Érase también…

una facultad veterana,

algo gris y desmantelada,

por la que transitaban sin gana.


Tras las vacaciones de Navidad,

a ninguno le apetecía nada

volver a asistir a las clases,

mientras sus motivaciones escapaban.


Si bien es cierto que algo en ellos despertó en algún momento,

gracias a un cambio de rumbo en algún que otro departamento.


A pesar de tener que esforzarse y estrujarse los sesos,

los estudiantes aprendieron a que no se les diera nada hecho.


Por sí mismos encauzaron un nuevo camino a emprender,

en el que la implicación de otros profesionales

supo sus necesidades educativas atender.


Desde entonces, surgió la proactividad en sus vidas:

volvieron la imaginación, la creatividad y la motivación perdidas.


Nada más insólito que sus logros académicos,

gracias a su esfuerzo… y a los bagajes de los expertos.


Entonces aquella facultad gris

Dejó a un lado su austeridad

Para alabar una educación

Que pinta abanicos de color

De caminos por andar.